Inhalo las penas de muertes venideras.
Uñas de la cara de tragedias
en mi lengua de iris.
En espacio de ausente lejanía
visten togas de oculto universo
hojas que yacen en vuelo tiesas
Al tiempo
ciruelas diamantinas
bullen un néctar indeciso.
Alunadas en destellos
se retiran en su alumbre
de a poco tenue, de a poco olvido.
Por demás, ahora,
tonalidades infinitas
sobre bruma en línea recta.
Falso colorido es este otoño,
mera hojarasca de desierto.
sábado, 31 de marzo de 2012
21
Total luz en breve
que suelta ciega la fuga
Tacto frágil lunar
fenece en sombra y vuelo
Crudo espacio
la distancia que quema nuestro aire
sed de perfume
ala caída bajo el fuego
Mar espiralado en rojo
que vuelve y late y resucita
carne trinchada por el mundo todo
alba que flota bajo el tiempo
Pulso tenue de tu boca
que suelta ciega la fuga
Tacto frágil lunar
fenece en sombra y vuelo
Crudo espacio
la distancia que quema nuestro aire
sed de perfume
ala caída bajo el fuego
Mar espiralado en rojo
que vuelve y late y resucita
carne trinchada por el mundo todo
alba que flota bajo el tiempo
Pulso tenue de tu boca
sábado, 10 de marzo de 2012
Plagio de luna
Las estrellas me descubren
en plagio de luna.
Guiñan a mí sus fulgores
y recrean la imagen de su otro cielo.
Bajo mis luces
entrevero su claridad.
Ellas,
viajando heridas de vacíos,
erizan sus vestidos de metales.
Imaginan
nuevas cosmogonías conmigo,
nacen nuevamente en mi destello.
Su asombro,
brillo de estío lejano,
funden confines de plata
en cerros del ocaso
del entero de mis curvas.
Se acercan, giran
riendo alrededor mío.
Trazan órbitas ligeras
que otra vez dibujan
en mi maleable infinito.
De nuevo,
en el marmóreo eco,
en alternada cadencia,
en su quietud de piedra
ellas se encuentran.
A eternos cielos falsos
atadas siempre,
movilidades rendidas,
proyecto en mi forma ahora
su ardor embalsamado.
en plagio de luna.
Guiñan a mí sus fulgores
y recrean la imagen de su otro cielo.
Bajo mis luces
entrevero su claridad.
Ellas,
viajando heridas de vacíos,
erizan sus vestidos de metales.
Imaginan
nuevas cosmogonías conmigo,
nacen nuevamente en mi destello.
Su asombro,
brillo de estío lejano,
funden confines de plata
en cerros del ocaso
del entero de mis curvas.
Se acercan, giran
riendo alrededor mío.
Trazan órbitas ligeras
que otra vez dibujan
en mi maleable infinito.
De nuevo,
en el marmóreo eco,
en alternada cadencia,
en su quietud de piedra
ellas se encuentran.
A eternos cielos falsos
atadas siempre,
movilidades rendidas,
proyecto en mi forma ahora
su ardor embalsamado.
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