miércoles, 18 de enero de 2012

Caída a la esperanza, caída al olvido

Como perla callada
navega esa luz
surcando el ocre de agua,
hondo muro blando
miasma
de voz y pesadilla.
Punto ciego lejano,
gota clara en piélago tinta,
por oleajes de sombra hondea
blanca llama de esperanza nívea.
En sus fangales
el silencio de costas
teme a punta lucero
de navegante claro,
de escombro de día,
de extraño aviso demorado
por agua que sufre
su negror
difuso débil,
su cansancio.
Las arenas de la noche se estremecen,
tiemblan largo un milagro bruto.
Un arcano en brillo se acerca
como hoja y nieve
vagando distraídas.
Sonrosada y lentamente
besa la estrella las orillas,
de olvido cenagosas trampas,
y tranquila se adormece
en obtuso hundimiento.
El páramo otra vez apacigua,
calma miedos y el desvelo,
y al abrazo vuelve su negrura
y al recuerdo encierra en lentos ecos.