viernes, 17 de diciembre de 2010

10

Las niñas alegres
rompen los charcos
mientras saltan.
Un manojo de flores
olvidadas por el viento
se derrite sobre el parque.
Un humor
extraño y vago
deambula entre la espuma del estío.
Algunos murmuran
camino a casa
una vuelta enrarecida.

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