lunes, 4 de abril de 2011

18

I

Radiante ingenua piel,
tu seno es la luz
en cegueras de alimañas.
Apaga tu llama de vientre
para así redimirle
y acudir al reflejo
que dejaste en la noche.


II

En la sombra del cuerpo
se buscan los ojos entre densas selvas
como si las presas del amor
fueran más claras

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