viernes, 18 de marzo de 2011

14

No hay más en mí
nada de cuerpo

y a mi ocaso te amarras
como fuego exangüe
o el recuerdo

Te extiendes
y destierras
las entrañas de los cielos

Ahogada
sin aire
tu piel florece
en los pantanos

Tu capullo abres
y pestes en miasma
bañan bosques sin geografía

Haces provecho
al ceñirte a lo que huye

Viajas con la angustia
te advienes de lo insano

Tocas de nuevo el río enfermo
y un niño te llora
a mano abierta

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