viernes, 22 de octubre de 2010

6

Te descubro y alzo en miedo.

Ruego la merma de flores,
cremar las aves,
no volver
hacia las horas de amenaza.

La delicia abre
sus pétalos de lino
y me obliga al desnudo.

Pero aún no aminora
el encanto del abrigo,
la memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario